jueves, 8 de octubre de 2020

Entre hoteles de Tlalpan, modestia aparte

Por Norma Márquez O.

“Crea fama y échate a dormir”. La Calzada de Tlalpan podría presumir que conserva su traza original desde la antigua Tenochtitlan, pero eso no parece ser suficiente para quienes sólo la contemplan como el amplio catálogo de doble vía que hace del arrumaco hotelero su agosto a mitad de febrero, aunque… Tan sólo desde San Antonio Abad y hasta Taxqueña se cuentan al menos 35 establecimientos para la recreación de fantasías eróticas o encuentros resignados al sexo exprés.


La oferta es evidente, y el motivo está precisamente en su traza como vía directa entre el centro de la ciudad y la salida a Cuernavaca. Actualmente entre el Metro y el asfalto es fácil recorrerla, pero antiguamente, en un camino amplio pero aún agreste atravesando la llanura, algunos de estos hoteles sirvieron precisamente como un paraje de descanso tras un largo trayecto de viajeros y comerciantes.

Y aquí va el dato extra al anecdotario: con el camino pavimentado y la proliferación del automóvil, en 1941 la calzada logró colgarse la novedad de inaugurar el primer motel de la ciudad, conocido como Casa Silencio.

Si en ese entonces el nombre aludía al reposo, a la intimidad o a la calma que ya no existe, lo cierto es que continúa en funcionamiento desde el número 959 de la célebre Calzada de Tlalpan, una obra de ingeniería convertida en una de las vías más antiguas, extensas y eficientes de la Ciudad de México, a mucha honra… ¡A dormir!


Fuente:

Villasana Carlos, Gómez Ruth, Reyes Nayeli, El origen de los hoteles de paso de Tlalpan, colaboración, Mochilazo en el tiempo, sitio web El Universal, 29 de noviembre de 2017, consultado el 5 de octubre de 2020: https://www.eluniversal.com.mx/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/el-origen-de-los-hoteles-de-paso-de-tlalpan


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