martes, 27 de noviembre de 2018

El Colegio de las Bonitas, quimera del padre Bolea


Por Norma Márquez

Dicen que la intención es lo que cuenta, y en 1789 el padre Manuel Bolea Sánchez de Tagle se consagró a una mientras le fue posible. Testigo de la promiscuidad de los españoles sobre las mujeres mestizas e indígenas de la capital de la Nueva España, ideó un sitio que educara y protegiera a las jóvenes “que por su belleza y falta de recursos estaban expuestas a la deshonra y, en consecuencia, a la prostitución” (1). Tales características consiguieron que el pueblo conociera su iniciativa como el Colegio de las Bonitas.

(2) Padre Manuel Bolea
Firme en su propósito, al año siguiente Bolea había reunido 150 mil pesos con los que adquirió el terreno situado frente a la extinta Plazuela Villamil – ocupada actualmente por la Plaza Aquiles Serdán y el Teatro Blanquita, hasta el cruce con la calle Mina –, y con una inversión de 250 mil pesos comenzó la construcción del colegio sobre una superficie de 8,500 varas cuadradas (5,939 m² de terreno).

Sin embargo, el padre Manuel Bolea murió en 1813 sin ver cristalizada su obra. Además, la falta de un monto testamentario de 150 mil pesos y el inicio del movimiento independiente dejaron al proyecto y sus siete patios en una obra inconclusa. El terreno fue utilizado como vecindad, bodega y trapería durante casi 50 años y en 1847 se retomó para levantar la sede del noviciado de las Hermanas de la Caridad, dando un giro al sueño de Bolea.

En su momento se había corrido la voz del proyecto y había sido bien recibido por la comunidad, al tratarse de un albergue no sólo para niñas de la capital, sino de toda Nueva España, sin importar su origen étnico ni condición. Tras la muerte de Bolea, su albacea mudó el refugio a una sede radicalmente modesta bajo el nombre de Piadoso departamento de colegialas niñas, pobres, españolas, legítimas e ilegítimas, pero el Colegio de las Bonitas nunca se materializó, y el sueño de Bolea quedó en una buena intención.

Plaza Aquiles Serdán en la actualidad
El material relativo al colegio es escaso, tal vez por tratarse de un gran proyecto que finalmente no se concretó, y aunque el Colegio de las Bonitas no dejó cimientos, el intento de Bolea marcó un antecedente de la actual Plaza Aquiles Serdán y una huella en la transformación de esta ciudad.


Fuentes:
(1) Mario González García, El Colegio de las Bonitas, Boletín de Monumentos Históricos, INAH, Tercera época, núm. 20 septiembre-diciembre 2010, pág. 48 a 50 http://www.boletin-cnmh.inah.gob.mx/boletin/boletines/3EV20P48.pdf
(2) José de Alzíbar, (1730-1803), Retrato del Padre Manuel Justo Bolea, óleo sobre tela, Museo Nacional de Arte, INBA Transferencia, 2000. ExPinacoteca Virreinal de San Diego
Colección Digital UANL. Colegio de las Bonitas, pag 356 http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080011597_C/1080011598_T2/1080011598_093.pdf

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