jueves, 9 de febrero de 2017

El vendedor de papitas

Por: Luz E. Torres R.


¿Quién no ha probado unas papitas estilo “la carita feliz”? si, de la marca que cantaba “a que no puedes comer solo una”, o ¿¡¿¡¿qué tal pedir una orden de papitas con “harto” queso y salsa valentina?!?!? Como sea que las preparen, la verdad es que comer de vez en cuando esta rica botana puede ser un placer “adictivo”, y más cuando presencias cómo las elaboran.


Según me contaba Ramón, un vendedor de papitas que se coloca cerca de las escuelas del Instituto Politécnico, en Zacatenco, todos los días se levanta en punto de las 4 de la mañana para comenzar con la preparación de las papas, que las vende en varias presentaciones: a la francesa, crujientes –ya sea saladas o adobadas- papas fritas con queso cheddar o amarillo, y otras modalidades.
Pareciera que cada vez es menos frecuente encontrar a este personaje en las calles de nuestra Tenoch, sin embargo, no es del todo cierto, sólo hay que darse una vuelta a la explanada del Museo de Antropología, y vaya que ahí pueden ver cualquier cantidad de puestos ya sea de comida, de juguetes, de artesanías para turistas (nacional o extranjero), en fin, por oficios no paramos en nuestra bella CD MX.

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