Por
Norma Márquez
Camuflada
por la modernidad, la calle Mesones podría catalogarse como
la “mátalas callando” del Centro Histórico. Si bien mantiene la
distinción de grandes palacios sobre su traza, también parece
personificar a una cándida abuelita, que desde el apacible vaivén
de su mecedora guarda montones de anécdotas,
tan inocentes y legendarias como pícaras y sugestivas, listas
para ser narradas a la primer provocación.
Protagonista
y antagonista, sus relatos abundan desde Plaza de las Vizcaínas
hasta el borde oeste del emblemático barrio de La Merced.
Sólo es cuestión de explorarla más allá de la oferta en artículos
de papelería que hoy pulula en su ruta, pues al “rascar” se
encuentra uno ¡cada cosa! Y no es por intrigar, pero…
Todo
es “culpa” de un tal Hernández Paniagua
En
el siglo XVI, apenas unos años después de la caída de
Tenochtitlan, el español Pedro Hernández Paniagua tuvo la
visión de solicitar licencia al cabildo para abrir en su casa un
establecimiento con habitaciones de alquiler en la capital de la
Nueva España. Ofreciendo “pan e vino e carne e todas las cosas
necesarias para acoger a todos los que vienen...”* Hernández
la obtuvo en 1525 iniciando así la historia hotelera de la
ciudad, y de paso nombrando una calle donde los mesones se
multiplicaron hacia los rumbos de La Merced.
Por
cierto, Hernández Paniagua fue pionero en dar solución al
deambular de viajeros y comerciantes de la época, aunque la
comodidad no estaba precisamente incluida en la oferta de
alojamiento, pues los mesones eran cuartos simples sin
ventilación, situados junto a establos y corrales. De ahí surgió
la idea de dar un giro al servicio: al hospedaje y comida se agregó
confort y agua caliente como el extra que hizo nacer a los hoteles,
dejando atrás a los mesones (1).
Ahí
está el motivo que nombró a esta calle, aunque el oficio de
hospedaje ya no le es exclusivo y hasta parece extinguirse a casi 500
años de su origen. Hoy Mesones es polifacética, y desde la
placidez de su mecedora, se declara lista para desenterrar las
historias, secretos y memorias que mantiene bajo custodia desde
entonces.
Historias:
chiflando y aplaudiendo...
El
primer tramo se llamó Portal de Tejada en referencia a
Lorenzo de Tejada, a quien el primer virrey Antonio de Mendoza le
otorgó la casa con el número 10 de esta calle como gratificación
por su cargo de Oidor de la Audiencia en 1537. En esa misma vivienda,
pero en 1818, nació el escritor y político Guillermo Prieto (2);
y en 1877, haciéndole vecindad desde el número 11, se alojó el
libertador cubano José Martí en su paso por nuestro país
(3), pero...
Casa Veerkamp |
Empinando
el codo con la música por dentro
Basta
con cruzar Bolívar para que la personalidad de Mesones imprima ritmo
a la mecedora, pues en el número 21 se extiende Casa Veerkamp,
un almacén fundado en 1908 por los alemanes Federico y Alfredo
Veerkamp, quienes iniciaron su negocio con la venta de una armónica
y ahora es casa matriz de una próspera firma dedicada al comercio de
instrumentos musicales (4).
La Vaquita, en la PB |
Mientras, en el número 54 al cruce con
Isabel la Católica se encuentra el Bar La Vaquita, un pequeño
oasis en medio del asfalto fundado en 1925 que aún se mantiene entre
las favoritas del Centro Histórico, y donde algunos aseguran que el
comediante Cantinflas trabajó como lavaplatos (5).
Secretos
detrás de lo evidente
Los
muros de tezontle y marcos de cantera que se levantan en la esquina
de Mesones con 5 de Febrero hoy forman parte del moderno y llamativo
restaurante-bar La Chilanguita… Hoy, pero por ahí del siglo
XVIII, el amor y desamor desencadenaron una leyenda que más tarde
dio origen a una cadena de zapaterías. Curioso, ¿no? Y es que los
antiguos lugareños adoptaron a ese tramo con el nombre de La Joya,
tras divulgarse la leyenda encabezada por el opulento mercader
español Alonso Fernández de Bobadilla y una alhaja que le
regaló a su esposa.
La Chilanguita |
No
nos detendremos en la leyenda, una de tantas que se
mantienen entre los cimientos del Centro Histórico, pero no sobra
resaltar que detrás de los motivos folclóricos de La Chilanguita,
la fatídica historia de aquél matrimonio y la joya de la discordia
motivaron, no sólo el nombre de ese antiguo tramo en 5 de Febrero,
sino el nacimiento de la cadena de zapaterías La Joya, que
hoy cuenta con varias sucursales por toda la ciudad. Aquí los
detalles y la liga de la leyenda, por si acaso:
http://www.jornada.unam.mx/2011/10/02/opinion/031a1cap
Entrada por Mesones |
Hospital
de Jesús, el más antiguo de América
Aunque
la entrada principal es por 20 de Noviembre, la relevancia de este
legendario inmueble es suficiente para no pasarlo por alto. Fundado
en 1524 y abarcando un cuadrante completo – que incluye una
entrada por Mesones –, el Hospital de la Purísima Concepción y
Jesús Nazareno es el primer nosocomio de la Nueva España y el más
antiguo de América que aún se mantiene en servicio. El
mismísimo Hernán Cortés lo mandó construir para atender
las necesidades de salud de la población mexica, e irónicamente
también se convertiría en su última morada.
La
amnesia de Mesones
Los
lugareños afirman que en el número 119 existió uno de tantos
mesones que nombraron esta calle, conservando la fachada original
del siglo XVIII y ostentando un medallón con un corazón ardiente y
un nicho con santo rematado por una cruz (6). Lo que ya no es
evidente es que ahí corría uno de los canales de agua que se
extendían por la antigua Tenochtitlan: la acequia de La Merced,
de dos mil 832 varas de longitud – aproximadamente 2.3 kilómetros
actuales – y 6 varas de ancho – 5 metros de hoy – (7), y donde
fue necesario construir un ancón que facilitara el ascenso y
descenso desde las canoas.
Del
olvido a la solemnidad
En
Mesones 139 se encuentra el templo San José de Gracia, cuya
construcción inició en 1659, aunque en el siglo XVI sirvió como
capilla al desaparecido convento de Santa María de Gracia y como
albergue de mujeres pobres, ya sea casadas, viudas o abandonadas. Un
dato curioso es que ahí se podían adquirir biblias sin comentarios
doctrinales ni censura. Hoy es catedral de la Iglesia Anglicana en
México, la más antigua en su tipo en Latinoamérica (8).
Por
cierto, a finales del siglo XVIII, en una finca que pertenecía a los
bienes de este convento se encontraba el inmueble conocido como Baños
de los Gallos, famoso por sus estanques públicos revestidos de
azulejos con agua de manantial. Más tarde el predio se marcó con el
número 21 y actualmente es el 67, cuyos cimientos todavía guardan
rastros del antiguo manantial (9).
Renovarse
o morir
Y si
de papelerías hablamos, en el número 180 se encuentra Casa
Marchand, una de las pioneras en su tipo que
inició con la venta de papel en 1951, y ahora cuenta también con
venta en línea y varias sucursales en el país (10).
Cerería La Purísima |
Memorias
de luz
La
iluminación artificial de hoy parece restar importancia a este
pequeño comercio localizado en el número 172, pero entre los
discretos quehaceres de Mesones persiste uno que antes le era
indispensable: la Cerería
La Purísima. Y
es que aún cuando el alumbrado público se instauró a finales del
siglo XIX, sustituyendo a los faroles encendidos con aceite de nabo,
la falta de costumbre y de recursos hacían de éste un objeto
de lujo (11).
La
Purísima se fundó en 1910,
casi 108 años de
tradición en la fabricación y venta de velas, sirios, parafinas
y todo tipo de ceras (12); un comercio centenario que ya no ilumina
las calles, pero sobrevive a la modernidad dando luz a la fe de los
creyentes y al camino de los difuntos.
Dándole
vuelo a la hilacha
Y es
aquí donde la personalidad de la abuelita pasa de lo legendario a lo
íntimo, mediante la inesperada placa hallada en la intersección con
Las Cruces que pone de manifiesto la “canita al aire”
de Mesones y su oficio inicial más allá del hospedaje: “En
esta calle se establecieron en el siglo XVI las primeras casas de
tolerancia de la ciudad”.
La
Casa de las Gayas o Casa Roja fue construida en
el siglo XVII y actualmente alberga, entre otros, al restaurante
libanés Al Andalus, pero originalmente fue edificada como un
prostíbulo legalizado (13). Y es que “las gayas” fue el
calificativo que en ese entonces se utilizaba para nombrar a las
prostitutas.
Casa de Las Gayas |
El oficio más antiguo del mundo en México no
estuvo libre de murmuraciones, pero se reglamentó en 1538 justo en
este lugar, extendiéndose años después con otro cuatro solares
sobre esta misma calle (14).
Recobrando
la cordura
En
la esquina con Talavera se localiza este andador cuyo nombre oficial
es Plaza Juan José Baz, pero la creencia de que este fue el
punto donde los mexicas realmente hallaron
la señal para la fundación
de Tenochtitlan, la han popularizado como Plaza de
la Aguilita (15). Y sí, al centro se encuentra la fuente con un
águila en la cima...
Plaza de la Aguilita |
Sin rastro de los mesones
Hasta
1847, algunos de los hostales que se asentaron aquí fueron Mesón
de las Ánimas, Mesón de Regina y Mesón del Chino
(16), pero la Plaza de la Aguilita pone fin al recorrido y sólo
encontré un hotel entre Isabel la Católica y 5 de Febrero.
Han
transcurrido casi 500 años desde que se instaló el primer
mesón que originó la nomenclatura de esta calle, e
inevitablemente el tiempo cambió su morfología y la modernidad
borró su oficio original, dándole ahora fama de ser ruta
vertiginosa para surtir la lista de útiles.
Ni
hablar, la transformación es acelerada y la memoria de Mesones se
vuelve borrosa con el paso del tiempo, pero cada rincón es
testimonio de su herencia histórica. El origen del hospedaje y de la
“vida galante” son sólo parte del repertorio entre un montón de
anécdotas, tan inocentes y legendarias como pícaras y sugestivas,
que la ubican dignamente en un sitio considerado Patrimonio
Cultural por la UNESCO.
Fuentes:
*González
Obregón Luis, México Viejo y Anecdótico, Librería de la
Vda de Ch. Bouret, México, 1909.
(1) De
Mauleón Héctor, Los rápidos de Tlalpan, Artículo web El
Universal, 16 de junio 2014:
http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2014/06/70806.php
en 05/marzo/2018
(2)
Ficha técnica Casa de Guillermo Prieto. Centro de Información del
Patrimonio de la CDMX: http://187.141.18.198:8390/ficha/481/5/0
(3)
Lugo Ramírez Mónica, La Acequia de la Merced Siglos
XV-XIX, Boletín de Monumentos Históricos, INAH, Tercera época,
Número 11, Septiembre-Diciembre 2007, pág. 37:
http://www.boletin-cnmh.inah.gob.mx/boletin/boletines/3EV11P29.pdf
(4)
Palapas Quijas Fabiola, Abre Casa Veerkamp espacio
para promover la cultura, Nota informativa web La Jornada, 24 de
diciembre 2009:
http://www.jornada.unam.mx/2009/12/24/cultura/a03n1cul
(5)
Cantinas, tradición viva en México, Artículo web Notimex en
NTR Zacatecas, 20 de marzo 2016:
http://ntrzacatecas.com/2016/03/20/cantinas-tradicion-viva-en-mexico/
(6)
Ficha técnica Mesones 119, Fototeca Constantino Reyes-Valerio, INAH:
http://www.fototeca-crv.inah.gob.mx/web/observaciones.php?id=2417
(7)
Jiménez Vaca Alejandro, Las acequias de la Ciudad de México y
sus repercusiones en la arquitectura habitacional del siglo XVIII,
documento en formato PDF, Editorial Restauro Compás y Canto, 5 de
agosto 2014:
https://editorialrestauro.com.mx/las-acequias-de-la-ciudad-de-mexico-y-sus-repercusiones-en-la-arquitectura-habitacional-del-siglo-xviii/
(8)
Martín Trejo Julio César, Historia del Templo San José de
Gracia, blog de la Catedral Anglicana San José de Gracia. D.F.
México, 3 de marzo 2010:
http://catedralanglicanamexico.blogspot.mx/2010/03/historia-del-templo-de-san-jose-de.html
(9)
Valadés José C., Obras, Siglo Veintiuno Editores, Primera
edición, 1992, pág. 60 y 61.
(10)
Sitio web Casa Marchand:
http://www.marchand.com.mx/OnlineStore/Pages/Mercadotecnia/HistoriaMarchand.jsp
(11)
Contreras Padilla Alejandra, La noche y la Ciudad de México,
Bitácora arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México,
número 28, julio-noviembre 2014, pág. 45 y 46.
(12)
Sitio web Cerería La Purísima http://www.cererialapurisima.com/
(13)
Ruvalcaba Patricia, La Merced, Especial temático web Km.cero,
número 43, febrero 2012, pág. 5:
http://guiadelcentrohistorico.mx/sites/default/files/km43OK_0.pdf
pág. 5
(14) De
Mauleón Héctor, En la calle de las Gayas, Artículo web El
Universal, 9 de enero 2012:
http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2012/01/56539.php
(15)
Ruvalcaba Patricia, La Merced, Especial temático web Km.cero,
número 43, febrero 2012, pág. 5:
http://guiadelcentrohistorico.mx/sites/default/files/km43OK_0.pdf
pág. 5
(16)
Valadés José C., Obras, Siglo Veintiuno Editores, Primera
edición, 1992, pág. 162 y 164.
Buenas tardes , norma Vázquez tendrás alguna factura información del edificio que hoy alberga la tienda la Villa de Caceres , ubicada en 5 de febrero y mesones , desde ya mil gracias .
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