Por
Norma Márquez
Durante
siglos, la conservación de reliquias con los restos humanos de
santos fueron el vehículo material para aproximar lo trivial con lo
divino, convirtiéndose en una práctica habitual como un tributo al
cuerpo humano después de la muerte.
Reliquia Imagen: Wikimedia Commons |
Pero fue
tal la fascinación popular, que el 2 de noviembre de 1728 los
templos más importantes de la capital novohispana exhibieron al
público, no sólo cuerpos enteros, sino muelas, dedos, manchas de
sangre, entrañas y cabellos de los santos más destacados en sus
reliquias.
Podrá
sonar tétrico, pero aún mantenemos el tributo; ahora es íntimo, no
es exclusivo de los beatos y lo conservamos en urnas y féretros,
nichos y cementerios. Por cierto, todavía es posible encontrar relicarios
religiosos en los templos más importantes, como en la Capilla de las
Reliquias de la Catedral Metropolitana.
Fuentes:
Artículo de Rosas
Robles Alejandro, Reliquias, página web Letras Libres, 30 de
septiembre de 2000 http://www.letraslibres.com/mexico/reliquias
Capilla del Santo
Cristo o de las Reliquias, página web Catedral Metropolitana de
México, sección Nuestra Catedral
http://www.catedralmetropolitanademexico.mx/apps/publications/info/?a=49
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