Por: Luz E. Torres Romero
El día 18 de septiembre, eran las 7 de la mañana, aunque estaba oscuro,
se apreciaba un maravilloso color anaranjado, combinado con las siluetas de “nuestros” volcanes, lo "negro" del cielo, y los destellos del sol “naciente”, elementos que jugaban con las luces emitidas por carros, semáforos, edificios, departamentos, y más.
se apreciaba un maravilloso color anaranjado, combinado con las siluetas de “nuestros” volcanes, lo "negro" del cielo, y los destellos del sol “naciente”, elementos que jugaban con las luces emitidas por carros, semáforos, edificios, departamentos, y más.
Todo ello causa una sensación de estar en un campo (asfáltico), es lo “bueno”
de vivir en un piso 15, es que te permite apreciar estos paisajes que –aunque son
instantáneos y fugaces- te maravilla la vista, y te brinda un buen sabor para
comenzar y tener a lo largo del día.
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