jueves, 13 de julio de 2017

Frida Kahlo, volando con alas propias

Por Norma Márquez

“Pies, ¿para qué los quiero? Si tengo alas pa’ volar”

Un día como hoy, pero de 1954, Frida Kahlo dejó el mundo terrenal. Tras una vida atormentada por la enfermedad, la desgracia y el sufrimiento físico y amoroso, Frida apostó por la adaptación al cambio, con suficiente sagacidad para mezclar su vida cotidiana con la tragedia y el activismo político, sintetizándolo en arte popular mexicano y haciendo de éste su más sólido medio de expresión y la válvula de escape que la mantuvo vigente.



Para intensidad, Frida; para empoderamiento, Frida; y para arte latinoamericano de renombre, por supuesto, también Frida. Dolorida y apasionada a la vez, sigue siendo símbolo inequívoco de tenacidad, personalidad férrea, inteligencia y libertad, a través del drama y el color. Treinta y dos cirugías no paralizaron su determinación. Supo “que la vida es así, y lo demás es pan pintado”.

Hoy recordamos a la figura mexicana que voló del mundo terrenal a los 47 años para convertirse en referente cultural mexicano de inspiración mundial. Por sí sola, icónica y, sin duda, una de las más grandes pintoras que ha visto nacer y morir el México que tanto abrigó.


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