Por
Norma Márquez
Don
Rubén tiene al menos 30 años de experiencia desarrollando un oficio
que parece simple. Parece, pero me consta que la jardinería es mucho
más que regar plantas y ensuciarse las manos quitando hojas secas.
Don Rubén, en plena faena |
Y es
que yo, como las abuelitas, soy capaz de hablarle bonito a una planta
durante el riego, pero debo confesar que también “la he regado”
al cortarles el capullo mientras rescato el tallo como Morticia
Addams; así que, bendito don Rubén.
De más está decir que su
habilidad y conocimiento comprueban que no todas las plantas son
iguales ni requieren los mismos cuidados, logrando mantener el ciclo
de vida en la variedad de este jardín que ha florecido durante
muchos, pero muchos años.
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