Por: Norma
Márquez
De por sí la
UNAM tiene mucho para enorgullecerse. No sólo se ha afianzado como máxima casa
de estudios en México, sino que en la acera poniente de Insurgentes Sur, Ciudad
Universitaria ostenta, entre otras, una célebre obra arquitectónica imposible pasar
inadvertida: el Estadio Olímpico Universitario.
Bajo la
dirección de los arquitectos Augusto Pérez Palacios, Raúl Salinas Moro y Jorge
Bravo Jiménez, más de diez mil obreros trabajaron durante ocho meses en el
coliseo, construido casi en su totalidad de roca volcánica para aprovechar al
máximo el material de la zona.
Por si fuera
poco, el muralista Diego Rivera logró fusionar “La universidad, la familia y el
deporte”, plasmando en relieve un águila y un cóndor como máximas insignias
universitarias frente a la entrada principal del estadio, que finalmente se inauguró
el 20 de noviembre de 1952.
Sí, seguramente
la UNAM estará de manteles largos porque el escenario icónico de las Olimpiadas
de 1968 cumple hoy 64 años de existencia. ¡Enhorabuena!
FUENTE: sitio web Dirección General de Servicios Generales, Universidad Nacional Autónoma de México.
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