Por: Norma Márquez
Hay rincones del Distrito Federal cuyo
recorrido turístico es casi obligado. Una de ellas es la calle Tacuba, en la
colonia Centro, que además de ser la más antigua de la ciudad y vía directa
hacia su ombligo, guarda un sinnúmero de historias desde Eje Central, pasando
por la estación del Metro Allende, una que otra cháchara novedosa de sus
comercios hasta llegar al Sagrario Metropolitano en la calle República de
Brasil.
Del náhuatl Tlacopan (lugar de jarillas,
arbusto de flores amarillas) Tacuba fue recorrida plácida y constantemente por
el emperador Moctezuma entre la vendimia de artesanos como parte del día a día.
Por supuesto, nada parecido con los artículos ofertados ahora.
Durante la conquista, y a diferencia de
la calma con la que Moctezuma caminó por aquí, Hernán Cortés la utilizó como
vía de escape de su ejército durante la batalla contra los mexicas, que luego
lo llevó a la actual calzada México-Tacuba para llorar las bajas españolas en
el árbol de la Noche Triste.
Este es un humilde recorrido por la
calle de Tacuba, en sentido contrario al que hizo Cortés y muy al estilo de
Moctezuma: plácido y con calma.
Aunque el número 1 de Tacuba es hoy el
Palacio Postal, antes lo fue este edificio que alberga una sucursal de la
tienda Sanborns ¿la razón? Ocupa parte de la que fuera casa del capitán de
Hernán Cortés, el también herrero Hernán Martín, quien construyó uno de los
bergantines con los cuales los españoles navegaron por los entonces canales de
la Nueva España. Como paga a sus servicios, Martín recibió este terreno de,
originalmente, los nada despreciables ocho mil metros cuadrados para él y su
familia. Una placa atestigua el predio.
Placa |
Entrada al predio |
Antaño, este inmueble fue altamente
socorrido en el envío de paquetería y para establecer comunicación a distancia
vía telegrama o carta, obligando la producción de estampillas al por mayor.
Hoy, a pesar de que el servicio está casi en desuso, el Palacio Postal sigue
ahí, abierto para venta de estampillas, colecciones filatélicas y un mínimo de
envíos.
El paso del tiempo no ha mermado su
imponente estilo ecléctico, que obliga a admirar con detenimiento desde su
reloj exterior hasta sus ornamentos interiores en las taquillas y la hermosa
escalinata que lo adorna, la cual lleva a la muestra permanente de filatelia en
el segundo piso y al cuarto nivel, donde se encuentra el Museo Histórico Naval.
Otro
palacio, saturado anualmente de lectores
De regreso al exterior en Tacuba, el ojo
turístico no sabrá a qué darle prioridad.
Puede ser el número 5 con el Palacio
de Minería y antigua Escuela de Ingeniería. Hoy conserva el espacio académico y
da lugar a actividades culturales y visitas guiadas al recinto.
Palacio de Minería |
Meteorito expuesto en Minería |
Es sede de la Feria Internacional del
Libro, donde miles de lectores se reúnen anualmente para satisfacer su ansia de
consumo editorial, además de talleres y presentaciones de libros.
Una
posada para Tolsá
La entrada por el número 7 del Palacio
de Minería da lugar al Museo Manuel Tolsá, arquitecto veneciano a quien la UNAM
dedica este espacio por su colaboración artística en México. En nuestra ciudad
trabajó para finalizar la obra de la Catedral Metropolitana, el altar del
Templo de la Profesa y el de la Casa de Moneda.
Plaza
Manuel Tolsá, entre la calma y la consigna
Rodeando la escultura ecuestre de Carlos
IV, la Plaza Manuel Tolsá es un área que entre semana se conserva en relativa
calma, pero los fines de semana es visitada por turistas que la recorren
plácidamente, mientras es aprovechada como escenario de artistas urbanos y
danzantes prehispánicos y como templete de luchadores sociales quienes, altavoz
en mano, hacen públicas sus consignas. Todo en un mismo lugar y a veces al
mismo tiempo.
Munal,
ostentoso ex hospital
Detrás del itinerante Caballito se
encuentra el actual Museo Nacional de Arte (Munal), originalmente hospital San
Andrés y luego Palacio de Comunicaciones. Hoy, además de albergar obras de arte
mexicano a partir del siglo XVI, sus actividades culturales incluyen talleres,
conferencias y muestras de cine, además de un acervo bibliográfico al que se
puede accesar previa cita.
Palacio
de Mármol ¿víctima de un juego de azar?
En el número 15 se encuentra el Palacio
de Mármol, construido en 1870 por la familia de José Teresa y Mier en lo que
fue la huerta del ex convento-hospital de la orden de los Betlemitas.
Hoy, la ironía del progreso hizo que
después de ser lo que fue, este espacio diera lugar al Museo de la Tortura. Un
dato curioso es que, se dice, los
derechos de la casa se perdieron en un juego de cartas. Vaya usted a saber.
Hoy, en Tacuba 17 tenemos un buen
ejemplo de atractivo aprendizaje en el reconocido Museo Interactivo de
Economía, único en su tipo y donde hablar de cifras hacen más llevaderas las
matemáticas para los estudiantes.
Ocupa menos de la mitad del que fuera
hospital y convento de los Betlemitas pero, a pesar del paso del tiempo y
gracias a su cuidada restauración, este espacio sigue siendo patrimonio
arquitectónico de la ciudad.
Para
darse una idea de los terruños de Cortés
En la esquina con Isabel la Católica,
una placa marca el punto donde, con tezontle típico de las construcciones
indígenas y luego base de las coloniales, iniciaban las propiedades que el conquistador
Cortés habitó durante su estadía en esta tierra en 1524.
Reza: “Desde esta esquina hasta la de
Empedradillo y Plateros estuvieron las casas de Cortés” Es decir, Hernán Cortés
tuvo para sí un amplio terreno que abarcó desde la actual Tacuba hasta
Empedradillo (hoy Monte de Piedad) y Plateros (hoy Madero) Un área nada insignificante.
Café de Tacuba |
El
emblemático Café de Tacuba, recepción de Diego Rivera
Este centenario local ocupa el 28 de esta
calle. Vale visitarlo si además de disfrutar un buen platillo colonial se desea
admirar sus murales que, entre pilares y retablos, guardan también pedazos de
historias alusivas al chocolate, desde su uso prehispánico hasta su consumo en
la Nueva España y, por supuesto, el que disfruta el comensal desde su mesa.
Un dato curioso es que aquí tuvo lugar
la boda del muralista mexicano Diego Rivera con su segunda esposa, Guadalupe
Marín.
Los
contrastes del uso de suelo
En el número marcado con el 29 se
encuentra lo que en el siglo XVI fue el Templo del Convento de Santa Clara,
pero luego de las leyes de Reforma se convirtió en cuartel militar en 1861 y
posteriormente ¡en cantina! Después, desde 1936 se acondicionó como Biblioteca
del Congreso de la Unión, sitio que guarda las actas legislativas desde la
Independencia de México.
Placa alusiva |
La
forzada inspiración de González Bocanegra
Tacuba 48. Con sólo una placa alusiva,
casi perdida tres metros arriba del suelo y entre un par de lonas, la insignia
le queda corta al edificio donde, bajo el argumento de escribir algo más que
sólo versos para su amada, el conservador potosino Francisco González Bocanegra
fue literalmente encerrado por su pareja sentimental para animarlo a escribir nuestro
honroso Himno Nacional Mexicano.
Luego del triunfo liberal, un par de
estrofas fueron vetadas y otro más con el Porfiriato para dejar sólo cuatro de
ellas. A pesar de la buena fama del himno y su trascendencia marcial, este
predio es visitado sólo por quienes buscan bisutería. El departamento no es de
acceso público y lo más que puede hacer el turista curioso es leer la placa y conformarse
con ello para seguir su camino.
El
ritmo de Merino Musical
A estas alturas de Tacuba no le extrañe
que sus músculos comiencen a sacudirse cuando escuche por ahí, entre la
muchedumbre, el ritmo pegajoso proveniente del cruce con Motolinía.
Ya en la intersección comprobará que
Merino Musical, un grupo de seis músicos invidentes, ameniza el paseo con temas
infalibles que ponen a bailar a más de uno, aprovechando el paso peatonal de Motolinía.
Merino Musical |
Del
sufragio efectivo a la defensa de las mujeres
Entre otros, Francisco I Madero, José
Vasconcelos y Filomeno Mata se reunieron en este lugar en 1909 antes del
estallido de la Revolución, dando origen al movimiento antireeleccionista que
los llevaría a la lucha contra el gobierno de Porfirio Díaz. Hoy, el primer
piso es la casa matriz del Instituto Nacional de las Mujeres.
El
origen de la ficha bibliográfica mexicana
En la esquina de República de Brasil vivió José
Mariano Beristain, bibliógrafo que colaboró para elaborar la Biblioteca
Hispanoamericana Septentrional, conjuntando las primeras fichas bibliográficas
de la época virreinal. El texto no fue desplazado por otros títulos, sino que
se le adicionó información tomándolo como punto de partida para investigaciones
futuras.
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