Por: Luz Eréndira.
Dicen los que cuentan y cuentan los que saben que en “nuestra”
Ciudad de los Palacios, en alguna época se suscitó un hecho –que hasta la fecha
llega a los oídos de quienes la habitamos- en la calle que “pasa” a un lado de
la tiendita de los buhos de los azulejos, mejor conocida como el “Callejón de la Condesa”.
Allá por los años en que era común ver carretas, caballos, carruajes, un “edificio” por aquí, a muchos metros una vivienda por allá…
Allá por los años en que era común ver carretas, caballos, carruajes, un “edificio” por aquí, a muchos metros una vivienda por allá…
Letreros del Callejón de la Condesa |
…cuentan que por esa estrecha calle, en el tramo de la Casa
de los Azulejos y el Edificio Guardiola, marchaban los carruajes de la que en
esos años era la Condesa del Valle de Orizaba, dueña del inmueble de los que
hoy conocemos como la tienda de los búhos, o sea, Samo (así lo pronuncia mi
peque de dos años, ¡ja!).
Según la leyenda, en alguna ocasión iban dos señores hidalgos
por los extremos de la calle, hasta que se toparon uno frente al otro, sin que
ninguno quisiera dar un paso atrás. Se decía que su nobleza estaba en peligro
si acaso uno de los dos daba media vuelta y se retiraba, sin embargo, lejos de
lo que pudiera pensarse, no hubo enfrentamiento, aunque sí una increíble
paciencia (muy difícil que se dé en la actualidad); se dice que durante tres
largos días estos hombres “no daban su brazo a torcer”.
ME ENCANTA saber que en esta BELLA Ciudad de México se
susciten, pero sobre todo, se preserven este tipo de historias, pues son
alimento para la cultura de quienes habitamos en ella; resulta simpática y curiosa
esta leyenda, porque sería IMPOSIBLE pensar que en la actualidad pudiera
ocurrir algo semejante, con la enorme cantidad de carros, transeúntes que en su
diario caminar llenan las –en su gran mayoría- hermosas calles de esta urbe, no
me imagino a dos automovilistas se queden tres días, repito TRES DÍAS
estacionados uno frente a otro, esperando a darse el paso, o si saben o conocen
una anécdota así, por favor compártanla aquí en Tenoch,
historias escondidas de la Ciudad de México.
Fachada actual de este emblemático callejón |
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