Conocida no sólo por quienes habitamos la Ciudad de México,
sino también por turistas nacionales y extranjeros, la Alameda Central bien podría
considerársele como el parque público más emblemático, el más antiguo y uno de
los lugares favoritos más entrañables de nuestra Tenoch.
Según registros, este parque fue creado en el siglo XVI por
el virrey Luis de Velasco, quien solicitó se creara "un paseo para darle
belleza a la ciudad y que la vez fuera lugar de recreo de sus habitantes".
En sus orígenes, se sembraron un gran número de álamos (por
ello el nombre de Alameda) en la entonces joven ciudad virreinal, al sur del
Templo de la Santa Veracruz y limitada por las actuales Avenidas Hidalgo y
Juárez, sin embargo, debido al lento crecimiento de los álamos se decidió retirarlos
y sembrar en su lugar fresnos y sauces.
Este jardín ha sido “empleado” para diferentes “fines”: como
un lugar para que pastaran los caballos, también se sabe que permaneció
bardeado y cerrado durante varios años, incluso, en la plazoleta de San Diego
(del lado poniente del parque) se usaba como hoguera de la inquisición, ya
saben para aquellos que eran “incómodos” para el sistema (qué raro, ¿no?).
Más tarde, el rey Felipe V –quien había conocido la belleza
de los jardines de Versalles- solicitó personalmente que se construyeran varias
fuentes para la Alameda, así como que se sembraran nuevos árboles y se ampliaran
los portones de acceso al parque.
Se sabe que era uno de los paseos favoritos de la emperatriz
Carlota, esposa del emperador Maximiliano de Habsburgo; Carlota Amalia mejoró
la jardinería del lugar con la siembra de una gran cantidad de rosas y donó la
fuente de "Venus conducida por céfiros" obra del escultor Mathurin
Moreau.
Durante el mandato de Benito Juárez se mandó tirar los muros de la Alameda y para evitar crímenes e introdujo un sistema de iluminación en 1868.
Y con Porfirio Díaz –como parte de las obras que emprendió para el mejoramiento de la ciudad- se le dio mantenimiento a la Alameda Central, ordenó que se edificara el Palacio de Bellas Artes, así como mandó erigir el Hemiciclo a Juárez en el costado sur del parque, en donde anteriormente se encontraba el Kiosco Morisco, que tras una breve estadía en esta alameda, fue traslado en 1909 a la Colonia Santa María La Ribera.
En la actualidad la Alameda Central es un sitio obligado, que desde su creación reúne a toda la sociedad mexicana. Un lugar al cual acude lo mismo una persona a descansar por medio de la lectura, como a presenciar algún espectáculo cultural, o simplemente a disfrutar de las fuentes y los árboles que la adornan.
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