viernes, 3 de agosto de 2018

El silencio de la Cámara del Secreto


Por Norma Márquez

Entre los vestigios históricos de la colonia Chimalistac, esta pequeña ermita se levanta como testigo de un terreno que en el siglo XVI se consideró apto para la meditación en completa soledad. La Cámara o Ermita del Secreto fue construida en 1620 por reglamento eclesiástico, con el fin de propiciar el retiro y la oración en silencio entre los frailes de la orden de los Carmelitas Descalzos.










Pero no sólo el sigilo dio nombre a la ermita. Gracias al diseño de su bóveda, una voz emitida desde un ángulo de la cámara genera un fenómeno acústico perfecto para percibirse únicamente hasta el otro extremo, sin que los demás la escuchen.

De ahí también el nombre de la calle con esta ermita que actualmente forma una pequeña glorieta empedrada y arbolada que desemboca en el bullicio de Insurgentes Sur, aunque entre sus historias, secretos y memorias pareciera guardar también algo del silencio y serenidad que exigía la ordenanza religiosa, a casi 400 años de su edificación.

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