Por: Luz E. Torres Romero
Bien dicen por ahí que “de la vista nace el amor”, y esto he
podido comprobarlo muchas veces, y más si se trata de “endulzarte” la vida y “divertirte”
viendo TANTOS colores, sabores, formas, aromas, o
¿a poco no te ha pasado que al estar cerca de algún local en donde venden los TAN TRADICIONALES y variados DULCES TÍPICOS MEXICANOS no se te antoja alguno sólo de verlo?
¿a poco no te ha pasado que al estar cerca de algún local en donde venden los TAN TRADICIONALES y variados DULCES TÍPICOS MEXICANOS no se te antoja alguno sólo de verlo?
Porque hasta para eso l@s mexican@s nos “pintamos” solos, ya
que la variedad es muy vasta: los hay desde el típico muégano, las obleas, las
palanquetas, las glorias (que son una ABSOLUTA DELICIA), o qué tal el beso de
nuez, las chocolatinas, las alegrías, los quesitos de almendra, las aleluyas,
turrón de almendra, sin dejar de mencionar los INFALTABLES borrachitos,
camotes, jamoncillos, hasta un “suspiro”, que es merengue suave que se disuelve
en la boca sin sentirlo.
Y más se antojan en estas fechas, ya que sale
una producción especial con los colores de la Bandera de México, los hay desde
paletas, alegrías, mazapanes, morelianas, cocadas, la colación (aunque claro,
ésta es clásica en la temporada decembrina); y a propósito toco este “tema”, ya
que la comida mexicana vaya que NOS DA IDENTIDAD, pero en estos momentos
difíciles por los que pasamos como nación, sin duda, los dulces son una
verdadera “medicina” para el alma, el sentido del humor, la preocupación, así
que hoy más que nunca SINTÁMONOS ORGULLOS@S de ser Mexican@s porque a raíz de
la “movida de piso” que sufrimos el pasado 7 de septiembre, volvimos a
FRATERNIZARNOS con nuestr@s herman@s afectad@s tal
como sucedió hace 32 años,
¿no creen?
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