Por: Norma
Márquez
La Cabeza de Caballo,
obra del escultor chihuahuense Sebastián, se inauguró en 1992 sustituyendo y
honrando el sitio que originalmente ocupara la escultura ecuestre de Carlos IV
tallada por Manuel Tolsá, ahora instalada en la plaza del Museo Nacional de las
Artes.
Sin embargo, no
está de más decir que el Caballito amarillo de 28 metros de altura es un
elegante y colosal respiradero del drenaje profundo de la zona, que a diario se
debate entre los gases que ahí emanan.
Pero para
haber sido creado como una gran chimenea, no podemos negar que el Caballito de
Sebastián sigue siendo un indiscutible distintivo en el cruce de Reforma y
Bucareli, en la colonia Tabacalera.
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