Por: Luz Eréndira.
Seguramente
a más de uno le resulte inverosímil, pero en la Ciudad de México aún existen
rincones con toque de provincia, de ese que se “respira” cuando viajas a
Querétaro, a Puebla, o a Tlaxcala, y que fueras al municipio que fueras, todos
tenían una característica en común...
... el Centro o plaza principal, al que invariablemente acuden
los lugareños a pasear, a comer un helado o a jugar con sus hij@s, o
simplemente a “tomar aire”.
En esta ocasión hablo de un lugar que está
enclavado en la delegación Benito Juárez, al sur del DF, para más datos, me
refiero a la Col. San Pedro de los Pinos, que se sitúa entre tres avenidas
principales: Patriotismo, Revolución y Viaducto Río Becerra.
Y es que el centro de este fraccionamiento está trazado casi
del mismo modo: el parquecito con su kiosco en medio, banquitas, pasto y juegos
para los peques; éste se encuentra rodeado por la iglesia del “pueblo”, el
mercado, locales comerciales y/o puestos de comida, el bolero realizando su
trabajo desde tempranas horas del día, el aroma del pan recién salido del
horno, o ver a la gente trabajadora que desde temprano le entra duro y tupido
al oficio ya sea como cargador, cartero, globero, repartidor, etc.
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Kiosko del Parque Pombo. |
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El "parquecito" visto en dirección al Mercado. |
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Parte del Mural pintado en la estructura externa del mercado de San Pedro. |
Sí, aunque pareciera una descripción meramente de un día vivido hace por lo menos 50 años, pueden encontrar todos estos elementos en San Pedro de los Pinos, pero ¿cómo llegar a ese lugar? si te sumerges en el STC, o sea, en el metro línea 7 –la anaranjada, para ser más específica- y te bajas en la estación San Pedro de los Pinos, caminas sobre la Calle 9 (este es su nombre) en dirección a la Av. Patriotismo, más adelante doblas a la derecha o izquierda (depende en qué sentido vayas) en la Av. 2 o Av. 3 y esas callecitas desembocan en el Parque Pombo, así se le llama como un homenaje a Luis Pombo, un abogado prominente quien donó este espacio a la comunidad en el –ya muy lejano- año 1904.
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Entrada principal de la parroquia San Vicente Ferrer. |
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Ejemplo de una persona trabajadora que acude a la placita principal. |
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Uno de los tantos negocios que rodean al Parque Pombo. |
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Área de juegos infantiles, la cual es muy concurrida. |
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No podía faltar la "típica" panadería de la colonia. |
Lo que llama aún más mi atención es que si caminan no más de
cien metros, observarán unos contrastes impresionantes: lo mismo se puede apreciar
una casona de los años 20, como un edificio “moderno” de los actuales –ya sea
de oficinas o departamentos- sumado al hecho de que si están en el mero centro,
escuchan el bullicio característico de una placita, es decir, se alejan a tal
punto del ruido citadino, que te “desconectas” por completo y se siente ese
ambiente nostálgico de un pueblito tranquilo y seguro, pese a que la “San Peter
de los Pinos” está rodeada de varias arterias de la ciudad.
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Fachada de una casona que data de finales del S. XIX. |
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Vista de un edificio actual de departamentos. |
Recuerden, sólo es cosa de salir de casa y explorar las calles, sus parques, sus recovecos, sus escondites y seguramente encontrarán esas Historias
escondidas de la Ciudad de México.
y ¿qué tal el pintoresco y sabroso mercado?.
ResponderBorrarTienes toda la razón, efectivamente también hay que hablar del mercado, ya que es un lugar en el que puedes encontrar comida muy variada, como las famosísimas tlayudas, platillo típico del estado sureño Oaxaca. Gracias por comentarnos ;). Saludos y bonito día.
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