Por Norma Márquez
O.
Entre
los años 30 y 80 del siglo pasado, las historietas fueron el medio
más accesible para dotar de humor, aventura y romance a la sociedad
mexicana, que lo mismo se entretuvo con la inocencia de Memín
Pinguín, la algarabía de La Familia Burrón, el heroísmo de
Kalimán y las voluptuosas mujeres de El libro vaquero. A pesar de su
arraigo, la mayoría de esos clásicos en papel ya no existen, pero
buena parte se mantiene bajo resguardo de la Hemeroteca Nacional de
México, nuestra heroína de historietas.
Reproducción de algunas portadas |
A
propósito de su 75 aniversario, la Hemeroteca Nacional tuvo a bien
digitalizar 571 títulos de historietas integradas en más de siete mil volúmenes para su difusión, regalándonos la oportunidad de
regresar a un montón de aventuras que hasta entonces sólo quedaban
en la nostalgia del siglo pasado. Y es que, no sé ustedes, pero de
niña yo no tenía empacho en deshojar un periódico y despreciar las
noticias con tal de hallar la tira de Lorenzo y Pepita.
Borola Tacuche |
Hoy
ya no están en papel, pero basta navegar en el sitio web
www.pepines.unam.mx para
retomar esas viejas historias. Además, si andas por los rumbos de
Ciudad Universitaria, tienes hasta el 6 de diciembre para visitar la
exposición Huellas de la Historieta Mexicana en el Hemeroteca
Nacional, donde encontrarás algunos ejemplares originales,
personajes representativos y una descripción cronológica de esas
publicaciones.
Renovarse
o morir. Si el entretenimiento accesible bien podría ser parte de la
canasta básica, durante al menos 50 años contamos con él en historietas de papel como parte de nuestra vida cotidiana. Ahora,
digitalizado, un símbolo clásico de la cultura popular mexicana se
mantiene en resguardo de la hemeroteca, sin riesgo de deshojar periódico alguno. Y
tú, ¿coleccionaste alguna historieta?
Fuente:
Exposición
Huellas de la Historieta Mexicana en el Hemeroteca Nacional,
Hemeroteca Nacional de México, Ciudad Universitaria, visitada el 27
de septiembre de 2019.
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