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viernes, 22 de marzo de 2019

En la Roma Nte. "espantan" en la Casa de las Brujas

Por: Luz Eréndira Torres R.


En la esquina de las Calles Río  de Janeiro y Durango –de la Col. Roma norte- exactamente a un lado del parque Plaza Río de Janeiro –en el que está la fuente con la escultura “El David”- está el edificio Río de Janeiro, del cual “dicen” que ahí espantan. 


Su fachada tiene un estilo muy peculiar y excéntrico y resalta de entre los demás por su color ladrillo, además porque una de sus torres asemeja el sombrero de una bruja, más dos ventanas -que serían como sus ojos- que están debajo de dicha “cúpula”, lo que forma el rostro de una bruja, llama mucho la atención es que esta “cúpula” está muy visible a la calle.                           



Asimismo, esta casona antigua también es conocida porque José Emilio Pacheco, autor de la novela Morirás lejos, se desarrolla en este edificio; por su parte, Sergio Pitol lo convirtió en el escenario de su obra El desfile del amor, mientras que Carlos Fuentes la describe como una “monstruosidad roja”, debido a su característico color ladrillo. 

Según cuentan, este edificio desde hace mucho se le ha conocido como la “Casa de las brujas”, pues de él salían muchas mujeres mayores. Se dice que iban a ver a una chamana llamada Pachita, que vivió varios años en los cuartos de servicio, incluso que iban a verla políticos y famosos para pedirle “favores”.


También se rumora que Pachita también practicaba sanaciones algo “salvajes”, ya que utilizaba cuchillos para abrir a sus pacientes y sacarles tumores o cualquier tipo de dolencia que tuvieran. 

Sin embargo, se dice que en el antiguo edificio espantaban desde antes de Pachita, y es que en los años 40 y tantos, el lugar estaba rodeado de escuelas, y a raíz de que los niños veían la “fachada” en forma de bruja, comenzaron a decir que en ese lugar asustaban. 


Pronto fueron quedando en el olvido estas historias, no obstante, el relato de una “supuesta” habitante las revivió, al asegurar que cuando se mudó a uno de los departamentos, tuvo una sensación muy extraña, por lo que llamó a una experta en Feng Shui, quien le reiteró que efectivamente en esa casa había una energía muy pesada. Además, contaba que luego de revelar un rollo, en las fotografías se veían –presuntamente- muchos rostros, pero lo que de plano la hizo salir de ahí, fue el hecho de escuchar ruidos extraños, como el piso era de madera, pensaba que eran pisadas de los vecinos, sin embargo, se enteró que nadie vivía en los departamentos contiguos, motivo por el cual decidió irse a otro lugar. 

Recuerden que sólo es cuestión de salir de casa a explorar las calles y recovecos de Tenoch, seguramente encontrarán esas Historias escondidas de la Ciudad de México.

Fuente.- Barona, Oliver. Leyendas de la Ciudad de México. Editores Mexicanos Unidos.

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