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lunes, 14 de enero de 2019

Solidaridad en un tejido anónimo


Por Norma Márquez

Hace unos meses caminaba sobre la calle La Morena de la colonia Narvarte dando por hecho el entorno, pero al llegar a la esquina con Rébsamen uno de los árboles del camellón llamó mi atención. Parecía sostener un simple adorno, lo suficientemente llamativo para atravesarme a curiosear.

Corazón tejido en La Morena y Rébsamen
Rodeando el tronco, un chal tejido en forma de corazón cambió mi perspectiva de un simple adorno, pues detrás de él se encontraba uno de tantos edificios dañados por el sismo de septiembre de 2017, hoy derrumbado y bardeado.

Pero no es el único corazón en su tipo. En otra caminata de rutina encontré otro chal con las mismas características sobre la Av. Gabriel Mancera, justo frente al terreno que ocupara el edificio en la esquina de la calle Escocia, hoy convertido en estacionamiento público. ¿Casualidad? No creo, como tampoco creo que sean los únicos.

Corazón tejido en Av. Gabriel Mancera
He buscado en internet con cualquier cantidad de combinaciones para dar con el autor de ese par de chales tejidos en forma de corazón colocados frente a edificios caídos, pero no he tenido suerte. Tal vez rinde tributo desde el anonimato como signo de humildad, pues cuando la generosidad busca el reconocimiento social tras hacerse pública corre el riesgo de caer en el terreno de la vanidad.

Me queda clara la intención, y a falta de datos ¿por qué no pensar que cada uno simboliza la unión del tejido social cobijada con un chal de corazón, como muestra de solidaridad y respeto ante los caídos? Pero esa es mi interpretación.

Av. Gabriel Mancera y Escocia
Como sea, si alguien conoce al autor, hágale saber que aplaudo su nobleza desinteresada pendiendo de dos árboles. Seguramente no imaginó que su muestra fraternal cambiaría mi manera de dar una caminata común: hay que bajar el ritmo, desacostumbrarnos al entorno, mirarlo a detalle y despertar nuestra capacidad de asombro. Tal vez encontremos otras historias escondidas entre tantas que creemos conocer de esta enorme Ciudad de México.

Lo dicho, esta ciudad no deja de sorprenderme.



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