Por
Norma Márquez Osornio
En
el Centro Histórico de 1612, el aspecto de la ciudad era desigual y
por ello coexistían suntuosas construcciones novohispanas con
humildes barracas de madera. Sólo una calle presumía opulentos
edificios en su totalidad:
La
flamante República de Uruguay – antes llamada por tramos Ortega,
Tiburcio y Puente de Santiaguito – estaba habitada exclusivamente
por nobles y su aspecto innovador la popularizó como “la calle
nueva”.
Por
cierto, ahí nació una de las leyendas que sembró terror entre la
sociedad novohispana, con Don Juan Manuel de Solórzano como
protagonista. Dueño del número 90, se hizo célebre por preguntar
la hora a quien elegía como próxima víctimas, para sólo
advertirle “dichoso usted que sabe la hora en que va a morir” y
asesinarlas.
Tal
vez por eso la calle República de Uruguay también fue la primera en
gozar de alumbrado público en
1783; pero es un
hecho que la popularidad de la “calle nueva” se desvaneció a más
de 400 años y tras la expansión de casi 10 kilómetros y 668
manzanas que actualmente delimitan al Centro Histórico de la Ciudad
de México.
Fuentes:
Ángel
R. de Arellano, Leyendas y tradiciones relativas a las calles de
México, México, Casa editorial J.J Terrazas e hijo, 1894, pág.
35
Jorge
Medina Mora E., República de Uruguay, calle llena de historia,
artículo web La Razón de México, Sección De Tour, 1 enero 2010.
Centro
Histórico, Patrimonio Cultural de la Humanidad, sitio
web Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México.
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