Por Norma Márquez
Entre
las quejas que recibiera el Santo Oficio por mantener las buenas
costumbres en la Nueva España, en 1815 la cadencia del recién
desempacado vals europeo fue suficiente para que la sociedad
protectora del decoro y la moral lo enlistara como un baile por demás
pecaminoso.
El
vals llegó a México en 1810, pero de nada sirvió su elegancia y
armonía. La estrecha cercanía en pareja y el ritual acompasado en
giros constantes bastaron para desatar la polémica de un ritmo cuya
popularidad no distinguió estratos sociales.
El
panorama cambió con el nombramiento de Maximiliano como emperador de
México en 1864, consolidándose durante el Porfiriato con piezas
cuyo ritmo se modificó permitiendo que el vals se disfrutara tanto
para escucharlo como para bailarlo.
Los
tiempos cambian, y la polémica por los ritmos de moda, también.
Quién diría que el decoro estaría en riesgo gracias a un inocente
vals, que a más de 200 años de arraigo hoy resulta francamente
inofensivo… Me pregunto, ¿qué opinión le merecería al Santo
Oficio un género “ligeramente” más controversial como el actual
reggaeton y su consabido “perreo”? Y del recato...¡mejor ni
hablamos!
Fuente: sitio web
Wikimexico, Artículo Valses mexicanos, consultado el 20 de
agosto 2018. http://www.wikimexico.com/articulo/valses-mexicanos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Te trae recuerdos? ¡Cuéntanos tus anécdotas!