Por
Norma Márquez
Las
tortillas de maíz hechas a mano no tienen comparación; textura,
sabor, color y la habilidad artesanal las hace legendarias; pero ante
la creciente demanda el invento de Everardo Rodríguez y Luis Romero
logró satisfacerla, regalándonos también el irresistible aroma que
en plena faena se percibe con las tortillas recién elaboradas en
serie y que, dicho sea de paso, originalmente fueron ¡cuadradas!
Imagen: Metodologíacoba.blogspot |
En
1904 idearon una máquina con cinta transportadora que incluía un
comal de encendido mediante mechero, suficiente para que la tortilla
pasara de ser un producto de consumo personal a comercial. Fue hasta
1947 cuando Fausto Celorio insertó al mecanismo los rodillos que
troquelan la tortilla y los alambres despegadores. Más tarde adaptó
el gas por tubería para el encendido, obteniendo hasta 132 kilos de
tortilla por hora.
La tortillería |
La
producción en grandes cantidades de este básico en la cocina
mexicana debió suponer un triunfo a principios del siglo XX, pero
por algo la fila de las tortillas es un referente para practicar la
paciencia.
Mientras, la maquinaria que logra el milagro continúa en
franca evolución y ha conseguido hacer del modesto local donde se
instala un sitio de culto pa’ consentir a la clientela: todo
mexicano conoce el protocolo a seguir frente a un mostrador con un
salero junto a la báscula… o ¿me equivoco?
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