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miércoles, 11 de abril de 2018

“¡Ni qué ocho cuartos!”


Por Norma Márquez 
@normarquezo

En el siglo XIX, hacerse de una hogaza de pan o un cuarto de leche era posible pagando un realillo, moneda de uso corriente que equivalía a ocho cuartos y medio de vellón*. Pero la crisis en España y el consecuente aumento en los precios hizo de lo básico un lujo, obligando a la población a pagar entre nueve y diez cuartos para los mismos artículos. El reclamo popular no se hizo esperar.


"¡Pan a ocho!” era la exigencia, que se extendió a las colonias españolas junto con la expresión “¡ni qué ocho cuartos!” a riesgo de desembolsar lo equivalente a once y doce cuartos. De ahí nació la costumbre de manifestar desacuerdo y engaño con una frase que luego se modernizó en Chuchita, a la que bolsearon. Pero esa es oootra historia.(http://tenoch-historias.blogspot.mx/2018/02/sabias-que-historia-de-la-frase.html)

*Moneda de vellón.- Antigua aleación de plata y cobre.

Fuentes:
Sitio web DLE, Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española.
Diccionario de la Lengua Castellana, Imprenda Nacional, Lyon Public Library, 1823, pág. 316
Ganivet Ángel, Granada la Bella, Círculo de Bellas Artes, 2011, Madrid, España, pág. 83

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