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domingo, 25 de febrero de 2018

"La doña” de las gorditas


Por: Luz Eréndira Torres R.

Es casi casi “obligado” encontrarte con la “doña” que prepara gorditas, ya sea afuera de cualquier iglesia, cerca de los mercados, en los tianguis, es decir, en cualquier plaza pública. Y es que es tan típico ver como con una bolita de masa, un comal pequeño y una “espátula” y/o una palita, pueden hacer de entre 100 y 200 gorditas al día.

Según nos contó “doña” Elvira –aunque se ve joven- diariamente (entre semana) se levanta a las 5 am (viene del Edomex.), lleva a sus hijos a la escuela, para llegar entre 7.30 y 8 am cerca de la Basílica e instala su puesto, de tal manera que a las 8.30 de la mañana comience a preparar estos característicos “panes”, para que a las 9 am empiece a vender las primeras; su trabajo lo lleva a cabo hasta las 12.30 pm, quita su puesto y va de regreso por sus hijos.


Asimismo, nos comentaba que para hacer la masa ocupa harina de maíz, agua, azúcar y una poquita de sal, y durante cierto tiempo (ya que no quiso decir “la receta secreta”) mezcla todo, aunque hizo hincapié en que es un proceso que hace cada 2 hrs., con la finalidad de que no se endurezca la masa. Para hacer los paquetitos de 6 gorditas, requiere de papel china de diversos colores para envolverlas, y en esta labor le ayuda su mamá, de quien sigue la tradición, la cual comenzó en 1973, hasta el año 2000; momento en que “Elvirita” (escuché que así le llaman las “compañeras” comerciantes) –de 18 años- tomó la batuta y continúa con esta tradición.

Conozco a varias personas que son fervientes “asiduos” a este tradicional “postre”, uno es 
mi marido, quien sábado a sábado aprovecha el tianguis que se pone afuera de casa, para comprar 3 paquetes de 5 gorditas c/uno y degustarlas ya sea con café o con refresco.

Así que ya saben, cuando tengan antojo de unas gorditas dulces, cabe mencionar que hay nuevas “modalidades”, en alguna ocasión vi a un “don” preparar unas rellenas de nutela y/o lechera, pero ésa “es otra historia” que después les contaré.




Lo que sí es que les invito a valorar el trabajo de estas personas que no sólo se levantan muy temprano para comenzar a hacer su labor, sino que tienen que recorrer grandes distancias, cargar comal, anafre y todo lo necesario, para su elaboración, ya que seguramente encontraremos a un(a) “hacedor(a)” de gorditas en cualquier calle de nuestra Tenoch. 

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