lunes, 30 de junio de 2014

Gabriel Mancera, vialidad de un benefactor

Por: Norma.

Las calles de Pachuca, Hidalgo seguramente tendrán un lugar especial para el filántropo y político Gabriel Mancera, pues ese municipio lo vio nacer y fundar la fábrica de hilados La Esperanza, primera en su tipo en la capital hidalguense. También atestiguó su traslado a Puebla, donde fue confinado por el gobierno de Maximiliano de Habsburgo por su pensamiento liberal. Pero ¿por qué nombra un eje vial de la ciudad de México?

De familia acomodada, este hidalguense se mudó a la ciudad a partir de los 12 años, cuando sus padres, dueños de una mina en Mineral del Chico, lo enviaron para continuar sus estudios al Colegio de San Juan de Letrán para luego ingresar al Colegio de Minería.


El Eje 2 Poniente inicia en el cruce con Av. Universidad y termina en Obrero Mundial, distancia suficiente para que predomine la casa-habitación, pues a pesar de recorrer un costado de la colonia Narvarte y atravesar la Del Valle no hay un museo famoso o un edificio histórico ni conocidos restaurantes. 

ALGO DE VERDE NO SOBRA

Sin embargo, en la esquina con Félix Cuevas se encuentra el parque Pascual Ortiz Rubio, un pequeño jardín que da respiro visual a las construcciones y al que no pocos acuden para hacer ejercicio o llevar a los niños al área de juegos. Finalmente, el verde atrae entre tanto concreto.
                                        

ESCENARIOS FAMOSOS EN UN TEMPLO
Además de nombrar una clínica del Seguro Social en la esquina de San Borja, esta avenida da lugar a la Parroquia del Purísimo Corazón de María, uno de los templos más representativos de la colonia Del Valle. 

Gracias a que su cúpula y escultura pueden ser vistas a la distancia, los lugareños la conocen como el templo de la “Virgen del Tránsito”, dado que la estatua parece moderar el tránsito de las avenidas aledañas, pero también es famosa porque ha sido locación de diversas filmaciones para televisión y cine, como El Analfabeta con Mario Moreno “Cantinflas” y Romeo y Julieta con Leonardo DiCaprio. 

Asimismo, este templo ocupa un rincón del jardín Mariscal Sucre, un lindo e inusual paraje que combina con las casi extintas casonas del Porfiriato de la zona, y contrasta con los terrenos que las constructoras miran ávidas por tumbar para levantar nuevos y carísimos condominios.


A todo esto, Gabriel Mancera hizo una gran fortuna que compartió con más de uno. Entre otras, donó una estación de ferrocarril que actualmente es el Museo de Datos Históricos en Hidalgo, construyó diversos asilos y como legislador destinó sus dietas (remuneraciones otorgadas mensualmente a los congresistas) a desvalidos de Tulancingo.


Por sus aportaciones al país, en 1910 le fue otorgado el grado de Doctor Honoris Causa por parte de la entonces Universidad Nacional de México. Con estas muestras de filantropía queda claro que Mancera merecía, ser recordado, al menos en este caso, en un eje vial. 

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