Por: Norma.
Las calles de Pachuca, Hidalgo
seguramente tendrán un lugar especial para el filántropo y político Gabriel
Mancera, pues ese municipio lo vio nacer y fundar la fábrica de hilados La
Esperanza, primera en su tipo en la capital hidalguense. También atestiguó su
traslado a Puebla, donde fue confinado por el gobierno de Maximiliano de
Habsburgo por su pensamiento liberal. Pero ¿por qué nombra un eje vial de la
ciudad de México?
De familia acomodada, este hidalguense se
mudó a la ciudad a partir de los 12 años, cuando sus padres, dueños de una mina
en Mineral del Chico, lo enviaron para continuar sus estudios al Colegio de San
Juan de Letrán para luego ingresar al Colegio de Minería.
El Eje 2 Poniente inicia en el cruce con
Av. Universidad y termina en Obrero Mundial, distancia suficiente para que
predomine la casa-habitación, pues a pesar de recorrer un costado de la colonia
Narvarte y atravesar la Del Valle no hay un museo famoso o un edificio
histórico ni conocidos restaurantes.
ALGO DE VERDE NO SOBRA
Sin embargo, en la esquina con Félix
Cuevas se encuentra el parque Pascual Ortiz Rubio, un pequeño jardín que da
respiro visual a las construcciones y al que no pocos acuden para hacer
ejercicio o llevar a los niños al área de juegos. Finalmente, el verde atrae
entre tanto concreto.
ESCENARIOS FAMOSOS EN UN TEMPLO
Además de nombrar una clínica del Seguro
Social en la esquina de San Borja, esta avenida da lugar a la Parroquia del
Purísimo Corazón de María, uno de los templos más representativos de la colonia
Del Valle.
Gracias a que su cúpula y escultura pueden
ser vistas a la distancia, los lugareños la conocen como el templo de la “Virgen
del Tránsito”, dado que la estatua parece moderar el tránsito de las avenidas
aledañas, pero también es famosa porque ha sido locación de diversas
filmaciones para televisión y cine, como El Analfabeta con Mario Moreno “Cantinflas”
y Romeo y Julieta con Leonardo DiCaprio.
Asimismo, este templo ocupa un rincón
del jardín Mariscal Sucre, un lindo e inusual paraje que combina con las casi
extintas casonas del Porfiriato de la zona, y contrasta con los terrenos que las
constructoras miran ávidas por tumbar para levantar nuevos y carísimos condominios.
A todo esto, Gabriel Mancera hizo una
gran fortuna que compartió con más de uno. Entre otras, donó una estación de
ferrocarril que actualmente es el Museo de Datos Históricos en Hidalgo, construyó
diversos asilos y como legislador destinó sus dietas (remuneraciones otorgadas mensualmente
a los congresistas) a desvalidos de Tulancingo.
Por sus aportaciones al país, en 1910 le
fue otorgado el grado de Doctor Honoris Causa por parte de la entonces
Universidad Nacional de México. Con estas muestras de filantropía queda claro
que Mancera merecía, ser recordado, al menos en este caso, en un eje vial.
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